quiero que suene el timbre
y salir al patio
de recreo
jugar al elástico
a la mancha
al rango
a la rayuela
a las escondidas
al quemado
al chancho va
hacer cola en el kiosco
y comprarme un alfajor
y guardarme el vueltito
en monedas
en el bolsillito
del delantal
entre manchas de tinta
y miguitas de tiempo atrás
ir al baño escolar
y disgustarme mucho
por el anacronismo pseudohigiénico
de las letrinas para evacuar
repasar apuntes manuscritos
en hojas rayadas
gruesas y ojalilladas
rivadavia brand
timbre de nuevo
nervios
sudor de manos
subir las escaleras
sin mirar
quizás retumbe mi apellido
en el salón
y me tomen lección
y en entonces esa sea,
mi única procupación.
jueves, 5 de marzo de 2009
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